lunes, 10 de septiembre de 2012

SOBRE LA DEMOCRACIA EN EL PARAGUAY

Este trabajo fue presentado en la asignatura Transformaciones Sociales del Paraguay Contempoŕaneo y lo compartimos en este espacio.
INTRODUCCIÓN
Posterior al fin del periodo dictatorial de Stroessner (1954-1989) se sucedieron seis gobiernos diferentes, en el trascurso del inicio de era democrática en el Paraguay. Hasta la actualidad han transcurrido 23 años y aún se sigue hablando de una transición.
Importantes logros son rescatados posteriores a ese hecho histórico, la recuperación de los derechos civiles, la libertad plena de expresión, una democracia competitiva y las primeras alternancias electorales en el país.
En cuanto a la calidad de democracia aún sigue un lento proceso de afianzamiento en cuanto a ciertos factores como, los niveles de apoyo, calidad de gobierno, performance económicas.
A todo esto se debe aducir la legitimidad desarrollada en cuanto a los indicadores de satisfacción, los perfiles internacionales y otros temas que hagan bien vistos el desarrollo democrático en el país.
Así también la exploración de las causas en cuanto sus ítems estructurales e institucionales que hagan referencia el debido proceso de democracia, con sus respectivas características.
Los antecedentes y las herencias del partido hegemónico, para la implantación de una cultura partidaria populista y fanática que quedaron impregnados en la vida política del país.
Por sobre todo buscar el camino adecuado para el fortalecimiento de la democracia en Paraguay, por medio de reformas fundamentales, en categorías diferenciadas en el ámbito de reformas constitucionales, nuevas arquitecturas y planteamientos en cuanto a la reforma electoral, mayor concordancia y reducción de distancias entre los poderes del estado, ejecutivo, legislativo, sub gobiernos centrales, mayor seguridad jurídica, erradicación de clientelismos, patrimonialismos, nepotismos y otras malas prácticas para el saneamiento del servicio público.




ANÁLISIS
La democracia, una palabra tan anhelada por el país durante casi toda su existencia, palabra que trajo consigo esperanzas y augurios de mejores tiempos en la República del Paraguay, si bien es una forma de política con sus virtudes y defectos, es la más aceptada por la gran mayoría de las naciones. Posterior a la última dictadura vivida por el país (del Stronismo) se han sucedidos cambios muy significativos en los primeros pasos de la (virtual libertad) se habla de virtual puesto que la libertad nunca ha sido absoluta, más bien relativa.
Pues bien, estos primeros inicios de las prácticas democráticas abrieron paso a unos puntos de mucha importancia en su proceso, como la recuperación de los derechos civiles, tan castigada y faltada en su deber, la primera oportunidad de alternancia electoral, competitividad democrática abierta a la ciudadanía.
Si bien se da esta apertura de principios participativos con libertades y supuestos de derechos, no se podrán opacar de la noche a la mañana, tan viejas prácticas envueltas en la trampería y corrupción con la intención de no desprenderse del tan anhelado “poder”. Estas deficiencias aducen a ésta, que la democracia se catalogue de muy baja calidad.
La calidad de la democracia debe ser un punto fundamental para su consolidación como sistema de gobierno, para ello se deben tomar tres puntos fundamentales que cumpliéndolas se verán los resultados. Primeramente, los niveles de apoyo público (o legitimad) entiéndase como que habrá satisfacción ciudadana en cuanto al apoyo de gestión, si éstas actúan con absoluta transparencia. Segundo, la calidad de gobernanza (entendida como efectividad) que va ligada a la primera en cuanto a los logros obtenidos en el desarrollo de una buena calidad de gestión. El tercer punto, la performance socioeconómica (que implica eficacia) que traducido al cumplimiento y seguimiento de los puntos anteriores, habrá eficacia en cuanto a recaudaciones fiscales, lo que se traducirá en inversiones para la sociedad y su progreso.
Aún existe una controversia en cuanto a la satisfacción del proceso de democracia en el país, puesto que las personas muchas veces las confunden con el desarrollo del actual gobierno de turno, sin dimensionar lo que conlleva en sí el proceso de democracia. Estas variables muchas veces pueden ser visibles en índices estadísticos internacionales, donde muestran una activa participación política del ciudadano, pero demuestra una absoluta inconformidad con los gobiernos electos.
La consolidación de la democracia aún se encuentra un tanto distante, pero a la vez no lejana, si se refiere a unas de las causas con que tropieza, se pueden aducir a las causas de estructura, donde hace referencia a una matriz socioeconómica, donde esta dictan las posturas y escenarios a seguir, impidiendo el crecimiento de otras áreas sociales que no interesen a ellas, también las causas institucionales donde los partidos políticos toman juego en el asunto disputándose cargos, beneficios y otros temas a favor de sus intereses (el ñande) de la situación, retrasan la libre manifestación democrática del país.
Si bien se menciona al partido colorado como responsable del pasado de la creación de elites que se apoderaron del país, son más bien los hombres sedientos y sosegados por la monopolización de poder y beneficios particulares, que lejos de los ideales originarios del partido, mancharon principios y respetos en pos de sus objetivos. Lastimosamente, transcurrido el tiempo tomaría tanto poder esta doctrina succionadora apoderándose de todo y refregando a su pueblo momentos de penuria.
Otros sectores, tampoco deben ser excluidos en cuanto a la transmisión de este síndrome, también los partidos opositores, fueron sucumbiendo lentamente en prácticas clientelistas y prebendarías a lo largo de sus historias.
Si bien, en el periodo de 1992, con la consecuente caída dictatorial, se adopta un nueva Constitución, es apresurada en su construcción, puesto que lo primordial era consagrar los principios democráticos e impedir los relapsos de gobiernos autoritarios. Esto trajo consigo falencias en otras áreas que deben ser modificadas, como las reglas electorales, las modificaciones en cuanto al sistema de elecciones, generando la prioridad de poder negociar bancas, predominio del clientelismo, el prebendarismo y otras malas prácticas.
¿Qué se necesita para lograr una democracia de calidad?
Foto de Carlos Areco
Por sobre todo lograr el consenso por parte de los gobernantes en líneas generales y coincidir en iniciativas que puedan mejorar la calidad de democracia en el Paraguay, obteniendo la satisfacción primero de sus habitantes como así también ante los diferentes países del mundo, pues ello dará mayor credibilidad y respeto, generando por ese medio lazos que puedan beneficiar en el crecimiento económico, social y cultural del país. No existe otra vía más que la voluntad política de los gobernantes de turno en aplicar y hacer cumplir las leyes establecidas, combatiendo la corrupción y aplicar la justicia imparcial para quienes la merezcan.
La reforma de la Constitución Nacional requiere de reestructuración, no para aplicar la reelección presidencial, sino, corregir y actualizar criterios que hacen necesario para mejorar la calidad de gestión en cuanto a los deberes gubernamentales.
Entre las tantas falencias, las tierras mal habidas, el latifundio desmedido e improductivo, la igualdad de derechos ante cualquier clase social, el saneamiento del sistema electoral, la exigencia a cumplir los procesos de descentralización y mejor administración de los sub gobiernos, la verificación urgente de los artículos en cuanto al juicio político si lo existiese con fundamentos sólidos, el respeto e independencia del sector de Relaciones Internacionales, que la cancillería promueva políticas necesarias para el fortalecimiento internacional, respetándose su autonomía, son algunos temas que deberían ser tratados.
Otro factor predominante para este cambio, en cuanto al proceso de democracia, es la activa participación e involucramiento ciudadano en asuntos de gobernabilidad pública, crear los frentes necesarios para socavar a estos curules que siguen estancados aún en sus puestos, como figuras omnipotentes, que lejos de generar cambios, solo siguen retrasando y entorpeciendo las necesidades reales del país para su lucha democrática y desarrollista, solo con la participación ciudadana, el interés ético y la elección inteligente ayudará a depurar el hábitat político, buscando renovar las ideas, con jóvenes ansiosos y cargados de nuevos proyectos refundar este país postergado a su crecimiento por décadas.




CONCLUSIÓN.
La visión de país que se tiene, es alentadora a pesar de aún tener muchas limitaciones, pero el proceso despegó y esto solo será fortalecido con la mayor voluntad y acciones que puedan consolidar este estado de democracia.
Si bien no será fácil, los cambios se verán y darán su fruto si es inculcado a la ciudadanía su mayor vinculación a los intereses de manejo público, la exigencia del cumplimiento de sus representantes, la pérdida del temor a reclamar mejor servicio, involucramiento y participación en la actividad política proponiendo candidatos frescos, habidos de ideas que generen alternancia y mayor competitividad.
También a la comunidad universitaria, tan ausente en los procesos del cambio, quedaron sucumbidos en el olvido como en años anteriores en que eran fieles defensores de los derechos sociales.
Generar el cambio desde su entorno, comunicando y adiestrando a las personas sobre su participación, como se diría hacer patria desde su círculo social.
La calidad solo se conseguirá con la eficacia de la implementación de buenas políticas democráticas, para ello será de suma importancia no interrumpir este proceso, defenderlo si es posible como sea, ya terminan las viejas guardias y emerge l nueva era. La era del progreso.
El camino a recorrer será duro en cuanto a la performance de la democracia, pero ello no impedirá su evolución, y tarde o temprano el Paraguay podrá despegar de sus bases y convertirse en una de las naciones consolidadas de la región.
REFERENCIA
  • Abente Brun, Diego; El Reto del futuro; pág. (25-54) Publicado. Ministerio de Hacienda; año 2012.

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