Escribe José A. Valenzuela Fernández
La Sociedad Red es la sociedad en la que vivimos. Para los que no son nativos digitales, es decir, para quienes no nacieron con los beneficios y problemáticas de las nuevas tecnologías, Internet es sobrestimado en sus ventajas y apocalíptico en lo que refiere a bajas pasiones e inconvenientes de diversa laya. Sin embargo, para la gente menor de 35 años, es algo cotidiano que no es ni exaltado, ni temible; sólo es una parte de la realidad que nos toca vivir y punto.
Anteriormente, los periódicos impresos y radios, sólo tenían un alcance limitado pero con Internet, los periódicos digitales y radios pueden ser leídos o escuchados en cualquier parte del mundo donde exista conexión a la red de redes. Agregado a esto, la posibilidad de los lectores u oyentes de emitir sus opiniones o avisos a un público sumamente amplio. No es raro que Castells, piense que los medios de comunicación de masas son decisivos en la formación de la opinión pública que condiciona la decisión política. Y es la parte que nos interesa.
Independientemente de ser, nativos digitales o no, a todos de alguna manera nos sirve Internet. Esto es así inconscientemente, muchas veces. Un anciano compatriota campesino que recibe un giro desde la patria madre, no espera los 2 meses y medio que le llevó a Colón llegar a América, para retirar el dinero, sino que en tiempo real, en el momento de ingresar todos los datos requeridos en la computadora, el compatriota está en condiciones de recibir el dinero. Es posible que él no entienda lo que es Internet, ni para que sirve, pero mediante la Sociedad en Red, es posible que un giro bancario, una abstracción de la abstracción -que de por sí es el dinero-, permita poner unos guaraníes en su bolsillo.
En la Sociedad red, la trasferencia y la recepción extraordinariamente veloces de datos, son posibles entre computadoras y computadoras como es posible en la realidad, una comunicación eficiente entre personas y/o instituciones distantes físicamente entre sí en tiempo real.
(Foto de J. Molinas, Ultima Hora, Asunción). |
En tal sentido, es fácil explicar porqué una persona “X” preferiría leer a un bloggero “Z”, antes que a un periodista “Y”: el bloggero “Z” no responde a ningún turbio interés politiquero, sólo responde al imperativo de su ética personal y al interés público.
Por otro lado, si analizamos la campaña presidencial que permitió a Obama convertirse en el primer mandatario negro de los Estados Unidos, encontraremos que hizo una lectura apropiada de los tiempos y aprovechó el recurso llamado Internet, a través de la red social Facebook para posicionarse ante la opinión pública, que en ese momento contaba con 80% de conectividad en ese país. No sólo la cantidad de dinero que sumó a su campaña sino la cantidad de personas a las que pudo llegar virtualmente, lo convirtieron en popular. La popularidad alcanzada, Obama la reforzó con su presencia ante la gente. No quedó en la virtualidad: Que lo tengan en cuenta aquellos que creen que es suficiente tener miles de amigos en Facebook, para ganar una elección.
Asimismo, los jóvenes que convocaron al After Office Revolucionario reunieron al menos 4000 personas, que no quedaron en el plano virtual de las Redes Sociales, sino hicieron presión ciudadana para obligar a los parlamentarios a que nos Representen, con mayúsculas. El 29 de Mayo 200+1 fue un histórico triunfo cívico del Paraguay (Dixit Simón1). Unos pocos ciudadanos convocaron a muchas personas que hasta ese momento, sólo eran habitantes de la república, pero con su presencia en las plazas del congreso, adquirieron Ciudadanía, porque comprendieron el poder que tenemos para exigir los cambios que nos proporcionen bienestar público. Los nuevos ciudadanos aprendieron a usar el poder que nos corresponde y espero no olviden la responsabilidad de velar por la democracia, controlando a los gobernantes que accedan de aquí en más, en puestos de representación.
Finalmente, la Sociedad Red es la posibilidad de la comunicación en lo virtual, que llevado a lo real con acciones y actitudes, puede cambiar gobiernos despóticos como en Egipto, Libia; puede mejorar la calidad de nuestras democracias a través del debate de ideas -no de personas-.; y puede construir ciudadanía capaz de defender su legítima representatividad o apartar a quienes se apartaron de ese camino, valga el juego de palabras. La política es, y nunca debe dejar de ser, de dominio público, del pueblo y para el pueblo.
1Artículo del Dr. José Luis Simón G., titulado “El 29 de Mayo 200+1: Histórico triunfo cívico del Paraguay
y retroceso del “bolivarianismo” lu(go)jurioso ” disponible en http://jlsimon.blogspot.com
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