sábado, 30 de junio de 2012

LA SOCIEDAD DEL ESPANTO: COMENTARIOS A LA "CIVILIZACIÓN DEL ESPECTÁCULO", DE VARGAS LLOSA


Mario Vargas Llosa. Foto de www.ediciona.com
Este afamado escritor o ilustrísimo señor Marqués como se lo menciona en actos protocolares nos hace un recorrido muy interesante por las sociedades actuales utilizando a la historia como elemento primordial en el sentido comparativo de las situaciones de antaño, desde el punto de vista social en cuanto al comportamiento de las personas; las formas de vida, gustos e intereses. Al principio nos da un ejemplo del sensacionalismo o como quisiéramos llamarlo, también amarillismo de sectores de la prensa trayendo a colación el suicidio de un corredor de bolsa en Nueva York, donde no importaba la vida o la muerte de la persona en cuestión, ni tampoco el motivo de su intento de suicidio, sino cuanta sensación causara la “encarnación grafica”; como el mismo lo define, ¿cuántas personas de esta sociedad cada vez mas banalizada se detendrán a observar como cae un otrora ídolo financiero? y hasta se podría decir sádicamente en cuantos pedazos se partiría al caer el infortunado bróker y cuanto salpicaría su sangre al caer al piso, de este fascinante comentario hecho por “El marqués” al iniciar lo que el denomino La civilización del espectáculo en la que los valores actuales de la sociedad están centradas en la diversión y de una búsqueda desesperada de escapar del aburrimiento lo que conlleva por ende a desligarse de las responsabilidades en el sentido de “el ser ciudadano”.
En otro momento, este atrayente comentario que hace referencia a los nuevos valores adquiridos por las sociedades actuales, nos refiere contextos históricos de cómo fue formándose esta civilización del espectáculo a través del auge económico y por ende de bienestar de las personas durante la posguerra.
Otro de los factores que influyó de forma determinante fue la democratización de la cultura, esto se podría entender como una visión elitista de parte del autor en un principio, pero más adelante podríamos llegar a estar de acuerdo con su pensamiento y visión, ya que la trivialización de la cultura, como el mismo lo denomina, es una realidad latente en nuestras sociedades actuales donde se llega a confundir a la alta cultura con superficialidad de los contenido y lo que es peor se equipara a las artes , la literatura y la filosofía con desfiles de moda, Chef, y su cocina; eso como si aquel hombre culto es quien sabe más de los mejores vino, nuevas tendencias de cómo vestir y qué tipo de alimentos es bajo en grasa, o como lo llaman magra utilizando el termino light al propósito de dicho término que nos proporciona el idioma inglés para referirse a bajo en calorías también podríamos utilizarlo para hacer mención de la cultura light o la vida light ; esta bajo en contenido cultural pero en el sentido de la alta cultura como por ejemplo la literatura tan solo de entretenimiento como por ejemplo las novelas, con una calidad paupérrima llevadas al extremo con revistas de farándula; quedan muy rezagadas las revistas científicas y los interesantes comentarios y artículos de expertos e intelectuales ,hoy en día particularmente estamos menos informados que nunca, eso si con mayor comunicación como nunca en la historia de la humanidad ya sea por la prensa escrita, internet o la televisión; irónico pero es así.
En cuanto a las artes que, en su esencia misma es la máxima expresión humana, se ha llegado hoy en día pensar que cualquier garabato hecho, pintado, sobre lienzo es acaso alguna gran obra de arte, para que consecuentemente sea expuesta en alguna galería.
Parecería que mis palabras tienen un sentido discriminatorio, pero es sólo una forma de expresar el análisis de nuestras sociedades en donde la masificación de la cultura se ha llevado hasta el extremo de discriminar y catalogar a los intelectuales de aburridos o simplemente Nerds poco interesantes o utilizando el vocabulario de la civilización del espanto, “poco Fashion”.
La consecuencia de esa discriminación social hacia la academia, es decir hacia los intelectuales, ha tenido consecuencias realmente lamentables ya que el vacío dejado por estos sectores es un alejamiento total de la alta cultura; porque la sociedad misma se ha encargado de excluirlos y reemplazarlos; pero de muy mala manera por los publicistas del escenario en lo que respecta a la vida social.
Visto está, que la civilización del espanto (así pasaré a llamarlo ahora) está dominada por una mediocridad cada vez más creciente ya que tanto la literatura y como las obras artística pasaron a ser objetos de mercado en este capitalismo salvaje. Desde luego ya no se aprecia su valor intangible en lo que respecta a su contenido, sino la pregunta mágica ¿Qué valor monetario tiene en el mercado?
Por otro lado el fenómeno de utilización de drogas por parte de las masas es realmente agobiante en todos los sectores de la sociedad esta realidad que se ha extendido principalmente al sector de las nuevas generaciones, los jóvenes que en la búsqueda de encontrarle el sentido a la vida y tratando de satisfacer sus ansias de placer y de encuentro consigo mismos lo único que finalmente hacen es encontrarse cada vez mas solos y atosigados por un mundo que aún no termina de entender muy bien.
Lo mismo ocurre con la separación del erotismo de la pasión que encendía la llama del amor de dos personas, cuando llegaban a un encuentro sexual por aquello que hoy está muy lejano de ser practicado al menos por las masas ya que esto se ha vuelto lastimosamente comercial y llevado a grandes empresas a generar multimillonarias ganancias, lo que conocemos como la pornografía en sus diferentes clases y formas hasta llegar a utilizar lo más inocente de la humanidad lo niños con la excusa macabra de es “lo que vende”
Esto demuestra una vez más como vivimos en una sociedad banalizada y frívola como lo describe muy ciertamente el autor, como si nuestros más profundos sentimientos de animalidad estuvieran más liberados que nunca en la historia, entonces, aquello que, “cuando más educado es el hombre más deja su condición de ser irracional” podría estar errado; quien sabe, más que acierto o desacierto tenemos una tendencia a pensar que en la actualidad el hombre es más educado como nunca en la historia pero nadie se puso a pensar que el ser humano esta más alfabetizado, pero no-ilustrado, en el sentido ideológico y de pensamiento.
Todo lo antes mencionado son principalmente característica de países en donde la alta cultura como lo denomina Vargas Llosa ha quedado rezagada ante la horda bárbara en el sentido histórico por la civilización del espanto pues bien, que sucede con los países denominados de tercer mundo aunque es sabido que ya no se utiliza el término tercer mundo; como es el caso de Paraguay en qué momento de nuestra historia tuvimos influencia de la clase intelectual en nuestra sociedad.


Tal vez en la generación del 900 con un Eligio Ayala o Cecilio Báez entre otros pero lastimosamente nunca tuvieron el impacto necesario porque finalmente se reducía a un grupo muy pequeño ya que gran parte de la población apenas sabía leer y escribir además este reducido grupo también tendían generalmente a agruparse en sectores que los hacía tener diferencias muchas veces irreconciliables lo que debilitaba más aun la posibilidad de que la alta cultura llegara a la sociedad toda.
Si en nuestro País no se pudo desarrollar ni primariamente a la cultura de contenido intelectual como nos encontramos ante esta situación como sociedad, por un lado a la cultura o civilización del espectáculo con un empobrecimiento a nivel internacional en cuanto a su contenido y más sabiendo que de una y otra forma finalmente todo lo que sucede en sociedades más avanzadas lo sabemos imitar de una manera extraordinaria.
Recordando también que imitamos sólo lo negativo pero muy pocas veces lo positivo de estas sociedades
Por otro lado nuestra cultura todavía paleolítica (la denomino así por sus características)  que no llegó siquiera a conocer el maravilloso mundo de la alta cultura se encuentra también en transformaciones y no utilizo degradada ya que algo que no existe no puede degradarse, refiriéndome a el nivel cultural de la sociedad paraguaya poniendo solo el ejemplo de que no existe una costumbre de la lectura, ni siquiera de la literatura de entretenimiento quizás porque aún poseemos una cultura oral por aquellos que nos gusta sentarnos en rodas a conversar , en vez de leer y luego discutir posturas.
Entonces nos encontramos ante una situación más que pesimista ya que tenemos la conjunción de dos situaciones degradantes de la alta cultura la de civilización del espectáculo y la del misérrimo nivel cultural que poseemos.
Si a Vargas Llosa le preocupa la calidad del contenido cultural en los países donde alguna vez existió por ejemplo el periodismo de contenido serio y objetivo y no es que la prensa se responsable absoluta de todo lo sucedido; más bien es una víctima de una nueva generación.
De la generación centrada en la egolatría cuyo inicio tuvo en la posguerra y nadie sabe cuándo tendrá su fin. Tal vez con el ocaso de las redes sociales, ya sea facebook o twitter, en fin esta visión de las nuevas generaciones a la cual tampoco terminamos de entender muy bien, si nos denominamos o nativos o inmigrantes.
De lo que si estamos seguros es que gracias a la liberación de la cultura y a la democratización de las sociedades podemos sentarnos a discutir lo bueno o malo que está sucediendo alrededor nuestro y que incluso quien les habla a través de estas líneas también, es hijo de esta civilización del espanto y peor aun en un país con paupérrimo nivel culturaleso sí tratare en lo posible y en él transcurrir de mi vida de no aburrirme para no formar parte de este desorden social en la cual estamos inmersos. 

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