Por Darío Portillo
Estos juegos
Debiera jugar otros juegos
la gente ya no es la misma
y los juegos son los mismos.
La inocencia está intacta,
la ambición cada vez más compacta,
mis juegos son los mismos,
los hombres con quien jugaba
hoy se adueñan del juego.
Aquí la diferencia…
la vida es un juego de fantasías -en mí-,
en ellos, la vida se torna poder
y el poder les demuestra la muerte.
¿Y qué es vivir…?
El alma de la creación, en mí.
Para ellos, la limitación en el poder.
Y por si fuera poco,
el tiempo es el sueño
aunque muchos ya no sueñan.
Así, la vida es un sueño ambiguo
de presente y futuro,
un reclamo a la cordura,
sujeto a ambiciones dispares.
La vida es esta…
cada vez más insignificante,
cada vez más complicada;
-distante-,
porque ya no les gusta el pensar.
la gente ya no es la misma
y los juegos son los mismos.
La inocencia está intacta,
la ambición cada vez más compacta,
mis juegos son los mismos,
los hombres con quien jugaba
hoy se adueñan del juego.
Aquí la diferencia…
la vida es un juego de fantasías -en mí-,
en ellos, la vida se torna poder
y el poder les demuestra la muerte.
¿Y qué es vivir…?
El alma de la creación, en mí.
Para ellos, la limitación en el poder.
Y por si fuera poco,
el tiempo es el sueño
aunque muchos ya no sueñan.
Así, la vida es un sueño ambiguo
de presente y futuro,
un reclamo a la cordura,
sujeto a ambiciones dispares.
La vida es esta…
cada vez más insignificante,
cada vez más complicada;
-distante-,
porque ya no les gusta el pensar.
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